La práctica permite desbloquear tensiones y emociones que fueron almacenadas en el cuerpo, liberando energía vital y procurando un alivio tanto físico como emocional y espiritual.
El cuerpo se vuelve flexible y resistente a la vez.
Al entrar en conexión fluida y profunda la mente se apacigua. El estado de relajación y calma permite una restauración y nutrición integral.