Las plantas maestras y medicinales tales como la Salvia divinorum y el cactus Wachuma sanan y enseñan a la vez. Son seres de gran potencia y sabiduría que requieren que nos acerquemos a ellos con respeto y humildad.

Ayudan a reiniciar el sistema nervioso, y nos brindan claridad, vitalidad y equilibrio. El ritual y la preparación son fundamentales para poder lograr una experiencia verdaderamente sagrada y transformadora.